De los muchos episodios vergonzosos que las guerras nos ofrecen, suele haber algunos que sobrepasan aquello que el ser humano está capacitado para asimilar como aceptable dentro de un horror como es la guerra en si misma. Uno de estos episodios fue la invasión japonesa de la ciudad de Nankín en plena Segunda Guerra Mundial. Sobre el tema se han escrito miles de líneas, y se han rodado varias películas. Y esta novela gráfica añade su granito para recordarnos que hay cosas que jamás deberían volver a repetirse.
Ethan Young, autor estadounidense de ascendencia china, nos ofrece una historia cruda aunque no se ceba en los detalles escabrosos. Habla de la supervivencia, y del coraje, y deja a nuestra imaginación, y, la mayoría de las veces, fuera de plano, la crueldad y el sufrimiento que se estaba viviendo.
Protagonizada por un soldado y un oficial chinos, que se ven envueltos en la batalla, Young narra su periplo para tratar de escapar del horror y hallar refugio. El enemigo es cruel, y sus ganas de sobrevivir les harán insensibles a ellos también, aunque la solidaridad también hará acto de presencia.
Usando grandes viñetas y un dibujo de línea, donde juega con los grises y con el negro, la historia de Nankín, ciudad en llamas engancha y nos muestra a un interesante autor al que seguir la pista en un futuro.
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