“¡QUE
ALGUIEN SUJETE A ESA NIÑA!”
Por
Borja Crespo
Se ha
anunciado como el final de la saga, pero algunos no terminamos de creérnoslo.
La razón parece acercarse más a que es difícil que continúen haciéndose adaptaciones
a la gran pantalla, tras el trastazo de la segunda entrega cinematográfica – ¿a
quién se le ocurrió cambiar de director? -, por encima de razones estrictamente
artísticas. De hecho, los personajes en papel dan para mucho más y el mayor
pecado de este tercer capítulo, con el spin-off
para completistas de Hit Girl de por medio, es, precisamente, cerrar la
historia apresuradamente, dejando a su suerte a los personajes en una zona de
confort poco creíble y escasamente apetecible –hasta aquí podemos escribir-.
Ahora que hasta Playstation produce piezas audiovisuales que vienen de las
viñetas –ahí está la, por ahora, poco luminosa serie televisiva que parte de
“Powers”- y los saltos del cómic a la imagen en movimiento no paran –apostando
principalmente por pasajes donde los superpoderes apenas aparecen, eso que nos
ahorramos en efectos especiales-, resulta chocante que Mark Millar haya
decidido dar carpetazo de una manera tan pueril a un proyecto con potencial
comercial ilimitado. Probablemente la experiencia de “Kingsman” le haga
reflexionar en un futuro próximo, aparte de la lectura de dígitos en sus
libretas de ahorro (dudamos que tenga solamente una, tratando como trata a los
bancos en su obra).
“Kick-ass 3” comienza con fuerza,
apoyándose en los dibujos de un John Romita Jr. encantado de conocerse al que
se le empieza a notar demasiado cierta premura en la resolución gráfica de
algunas páginas, detalle que no empaña el fervor que siente el que esto escribe
por sus personales ilustraciones. Violencia explícita a espuertas, humor negro
y la venganza como motor principal de la acción siguen siendo los pilares
fundamentales de una propuesta que ofrece aquello que espera todo fan fatal de
la saga, aunque el “the end” se antoje algo indigesto, por tontorrón, al -¡atención
spoiler!-devolver al redil como si tal cosa al personaje de Dave, sumido en la
corrección política mientras su excompañera de fatigas no abandona el antifaz y
la capa –fin de spoiler-. Mandy no puede dejar de hacer de sosias infantil de
Harry el Sucio, siempre al margen de la ley (corrupta). La niña letal
protagoniza las mejores viñetas de Romita Jr. Es donde el genial dibujante se
desata y se siente más cómodo, ofreciendo atractivas planificaciones cuando
toca repartir estopa.
A pesar de que al guión de maese Millar se le notan las
costuras, incapaz de sortear ciertos tics que se han convertido en marca de la
casa, el presunto capítulo final del pateador de culos mantiene el nivel de sus entregas predecesoras, siendo
una vez más su tono lo más enérgico del conjunto. Despertará filias y fobias,
por supuesto, el acomodaticio desenlace de una franquicia que ha revolucionado
el género de superhéroes y sus versiones en imagen real, mal que les pese a
muchos. Desde aquí vaticinamos que si no hay más películas, una serie de
televisión se huele a la legua. ¿Verdad, Mark?
No hay comentarios:
Publicar un comentario