La editorial Fulgencio Pimentel se ha especializado en editar autores poco conocidos, en el mercado español junto con otros que ya tienen más trayectoria. Sammy Harkham pertenece al primer grupo, a pesar de que ya tenía una obra publicada en España por Apa Apa Comics, Pobre Marinero.
Harkham pertenece a una generación entre la que se podría incluir entre otros a Adrian Tomine y a Jordan Crane, por poner un ejemplo. Si hemos de compararlo con alguien, sería con el primero , no tanto estilísticamente, que algo hay también, si no en la forma que ambos tienen de construir historias. Los dos normalmente nos ofrecen historias sin principio ni final. Nos vemos envueltos en una situación cotidiana, un fragmento de vida al que hemos llegado sin saber cómo y que lo más probable es que no tenga un final que nosotros esperamos, básicamente porque no habrá un final. En definitiva, adios a la presentación, nudo y desenlace.
Todo y nada recopila todas las historias cortas que ha realizado el autor. Aquí se incluyen desde historias de una página a algunas más largas, incluida el Pobre marinero ya mencionado, remontada para la ocasión. He de decir que la portada es posible que os eche para atrás, ya que poco o nada tiene que ver con la elegancia que Harkham muestra en el dibujo en el interior.
Estas historias han sido realizada para medios como Vice, Mome, Kramers Ergot o Drawn & Quarterly Showcase y van desde la historieta de una pagina centrada en un gag chorra hasta otras más elaboradas donde el amor y la angustia existencial centran buena parte del argumento, sin olvidar el judaismo, que el autor tiene muy presente.
Especialmente notables son Pobre marinero, Somersaulting, que describe perfectamente la sensación de ser un adolescente (en este caso en un pequeño pueblo de Australia) y Lubavitch, Ucrania, 1876 que sin duda me ha parecido la más interesante pues nos ofrece el típico relato que podríamos esperar de un autor indie del momento, con sus neuras, sus rollos de dibujante, su crisis de la mediana edad, pero situada en esa época y en una comunidad judía.
Sin duda, no nos equivocamos al recomendar Todo y nada, un tebeo para paladares expertos.
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