martes, 23 de octubre de 2012

Reseña: ¡Háblame de amor!

¡Háblame de amor! es un documento único. Es un cómic  es cierto, pero en este caso su valor supera el formato y lo convierte en algo imprescindible, necesario, para conocer varios aspectos fundamentales, de la vida, del amor, del odio, e incluso del arte de hacer cómics.




No se si será el primero, pero desde luego, es el cómic más importante realizado por una pareja sentimental a cuatro manos. Para los que no lo sepáis  el cómic trata de la relación entre Robert Crumb y su segunda esposa Aline Kominsky- Crumb (Con la colaboración ocasional de la hija de ambos, Sophie) con la característica fundamental de que cada uno de ellos se dibuja (y se guioniza) a sí mismo. Es decir, cuando aparece Aline y está hablando se dibuja ella y cuando lo hace el viejo Tío Bob igual, e incluso una muy joven Sophie. El mix gráfico desde luego resulta de lo más curioso, sobre todo teniendo en cuenta que uno de ellos está considerado como el mejor dibujante de cómics vivo. Es más. muchos fans es posible que no se hayan leído la obra debido a que no hayan soportado el estilo de Aline, mucho más feísta, loco, e inferior por supuesto al de su pareja, aunque desde luego, una vez que te acostumbras, la cosa comienza a coger fluidez. Este tema, como muchos otros, aparece dentro del propio cómic  en el que abunda el metalenguaje, pues constantemente comentan aspectos del propio desarrollo, y no son pocas las veces que se dirigen al lector.



Trata pues ¡Háblame de amor! de la historia en común de esta pareja, desde 1974 hasta 2011. No son muy pudorosos, no, y se desnudan sentimental, y sexualmente. Es un ejercicio de psicoanálisis  donde le cuentan al mundo como son, aunque a todo el mundo le parezca rara su forma de vida, ellos son así, Cuentan su época más hippy, su conversión poco a poco en celebridades, su traslado a Francia, su paternidad, su sexualidad, sus infidelidades, su día a día. Hay sobre todo, mucho dialogo, muchas escenas en las que simplemente hablan de la vida, aunque no olvidemos una cosa: como en el propio comic comentan, "al fin y al cabo, aquí sólo mostramos lo que nos interesa", invitando al lector a no creerse todo lo que se cuenta.

Os puedo asegurar que la lectura de esta obra es una lectura intensa, que te atrapa y te hace sentirte cómplice de las neuras de sus protagonistas, consigue convencerte de que estás en la misma habitación que ellos. Amarás u odiarás a estos personajes de una manera real. Y también os puedo asegurar que es una obra fundamental para conocer a Robert Crumb. Al autor y a la persona.



Por si esto no fuera suficiente, el tomo incluye una jugosa selección de fotos personales de la familia que nos ayudará un poco más a contextualizar las historias aquí narradas.

Ah, y no olvidemos la aparición estelar de Charles Burns y Art Spiegelman que, por supuesto, se dibujan ellos mismos.








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