martes, 24 de enero de 2012
Reseña: Abuelito, dime tú
Si tienes entre 35 y 45 años (más o menos), probablemente este libro te llegue directamente al corazón vía nostalgia.
Abuelito, dime tú, escrito por Guillem Medina es lo que todos los que fuimos niños a finales de los 70 y principios de los 80 hemos deseado siempre, un listado completo de todas aquellas series de televisión que nos hicieron soñar, que nos divirtieron, que nos enseñaron, y que, probablemente, hayan forjado una buena parte de nuestra personalidad.
Están todas, incluso algunas que ni siquiera recordábamos: Mazinger Z, Comando G, Heidi, David el gnomo, la Abeja Maya, Sport Billy, Ulises 31, Barrio Sesamo y un largo etc.
Cada serie cuenta con un capítulo dedicado en exclusiva, y parece que el orden de aparición es cronológico.
Los capítulos tienen más o menos la misma estructura. Breve repaso del argumento, merchandising, BSO y fichas de los principales personajes, todo ello acompañado de abundante material gráfico. Cuando es necesario, se le dedica un pequeño especial a los estudios de animación importantes.
Se echa en falta, eso sí, un índice onomástico. Además, cuenta con prólogo de Mauro Entrialgo titulado "Primero fueron los dibujos animados".
Una lectura que os traerá magníficos recuerdos, que os hará disfrutar y que quizás, durante al menos un segundo, os convierta en el niño que una vez fuisteis.
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Publicado por
Ricardo Mena
en
16:07
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2 comentarios:
Muy buena reseña Rich.
Aún no sé si la nostalgia es buena o no. Quizá en parte sí y en parte no. O quizá hay varios tipos de nostalgia. O quizá incluso no tenga sentido pensar hacia atrás y tenga que ser todo pensar hacia adelante. Joder, qué debate interno tengo a este respecto XD
Gracias JR
Yo me he dado cuenta que la nostalgia en cuestiones materiales se mueve mucho por impulsos, y hace que te gastes mucho dinero. Luego, una vez que posees ese objeto, quizás pieda el sentido.
En el caso de tebeos y series de tv, te das cuenta de que lo que te fascinaba de pequeño ahora no te dice nada, y el choque es duro.
Si ya entramos en sentimientos, creo que es inevitable sentir nostalgia, sobre todo porque creo que sólo recordamos lo bueno.
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