Los agentes Mulder y Scully vuelven a la actualidad para enfrentarse, en este caso, a los vampiros de la serie 30 días de noche.
El escenario es muy similar a presentado en la primera serie de 30 días de noche, creada por Steve Niles, en aquella, unos vampiros aprovechaban las largas noches del ártico para realizar una masacre.
Esta vez, el escenario es similar, un pequeño pueblecito de Alaska nevado, todo oscuridad, donde aparecen unos cuerpos de camioneros brutalmente mutilados. Como la cosa huele mal, el FBI envía a Mulder y Scully a que averigüen si tienen un Expediente X entre sus manos. A su vez, otros agentes del FBI menos crédulos harán todo lo posible por desacreditarlos.
Lo que allí descubrirán serán vampiros, violencia y una criatura que, según parece, es inmortal, pero como siempre sucede en los Expediente X, a pesar de la evidencia de las pruebas, será únicamente Mulder el que sea consciente de lo que verdaderamente está pasando. Scully intentará encontrar una explicación lógica a tanta matanza.
El guión a cargo de Niles no pasa de correcto, entreteniene, que es lo importante, crea ciertas situaciones de terror y maneja bien las personalidades de los protagonistas de la serie de TV, aunque a veces dicha conducta chiría un poco.
De la parte gráfica se encarga Tom Mandrake, un dibujante que a priori, no parece encajar en este tipo de historias, pero que hace un buen trabajo.
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