martes, 31 de mayo de 2011
Reseña: Los hijos del deseo
Emotiva historia de un joven en busca de su identidad donde al final, no todo es lo que parece.
Los hijos del deseo nos aportará muchas cosas: el placer de una buena lectura, el descubrimiento de un autor interesante y un pedazo de historia de Francia, algo que si no eres francés, o estás muy puesto en esos temas, desconocerás.
Y es que esa es una de las grandezas de los cómics, la capacidad de instruir deleitando, o de deleitar instruyendo...
Gracias a esta novela gráfica descubriremos que después de la segunda guerra mundial, el ejercito de EEUU permaneció durante varios años en Francia, en sus bases, protegiendo al país de una hipotética amenaza.
Estos soldados americanos cambiaron la vida por completo de los franceses, les ayudaron a modernizarse, pero también les impusieron muchas de sus costumbres.
Y donde más cambio la vida de los franceses fue en los pueblos.
Los americanos, además de comprar, alquilar casas, o beber, también conquistaban a las chicas francesas, y después, volvían a su país.
Este es el punto de nuestra historia, y de la de Basile, hijo de Juliette, madre soltera y de un soldado americano, "sólo" Henry.
Este hecho, y que su madre no le explique mucho sobre quien o como era su padre termina obsesionando a Basile, que vive en su propio mundo, incapaz de evolucionar, pintando cuadros de Nueva York.
Pero todo cambiará cuando se sepa que, 30 años después, los americanos vuelven para una celebración.
Lo bueno de esta obra no es solo su interesante guión, sino un dibujo clásico pero que rompe y juega con los esquemas básicos de la historieta, explorando los límites y sacando todo el provecho, y todo ello con un trazo limpísimo, sin ayuda de negros, o grises.
Una obra estupenda de Gabrielle Piquet que os sorprenderá y os emocionará...
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Publicado por
Ricardo Mena
en
16:24
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