El dibujante alemán Ralf König continúa con su propia interpretación de la Biblia en la novela gráfica Arquetipo
Noé está de los nervios y a Dios le tiene desquiciado. El encargado de buscar una pareja de todos los animales de la Tierra para evitar su extinción con el Diluvio Universal se ha convertido en un extremista religioso que lleva al Todopoderoso a plantearse por qué algunos de sus seguidores creen que es tan "estrecho de miras" como ellos. El artífice de esta interpretación es el dibujante Ralf König (Soest, Alemania, 1960) que, tras Prototipo, vuelve a afrontar la Biblia desde el humor y la ironía en Arquetipo (La Cúpula) con un claro punto de partida: la oposición a las escrituras sagradas.
"Unos hombres en unos desiertos escribieron hace miles de años cómo se imaginaban a Dios, que si rencoroso o si lleno de amor, pero siempre profundamente humano, y estas historias se siguen predicando con total seriedad desde los púlpitos. En Arquetipo no hice otra cosa: me imaginé cómo reaccionaría Dios ante un talibán enervante, sin ahogarlo a la primera", explica a Público el autor de El condón asesino y de otros cómics de temática gay que desde los años ochenta han triunfado entre lectores tanto homosexuales como heterosexuales y que han superado las fronteras alemanas.
Esta visión irónica de la Biblia se convertirá en un filme de animación
Un Creador jubilado
En este relato bíblico, el dibujante compone un Dios más humano, jubilado tras el gran esfuerzo de la creación y con una actitud dialogante con un tierno Lucifer Luz para los amigos, pero ausente desde el punto de vista gráfico. Frente a él, Noé plaga las viñetas de König, caracterizadas por el minimalismo gráfico, para criticar a los fundamentalistas que, a su juicio, realmente esperan "los castigos divinos anunciados en las escrituras sagradas", como el fin del mundo, y que se sienten confirmados al ver lo que el ser humano hace con el planeta. "Reflexionaría sobre ello si los religiosos se comportaran de forma más racional, pero así son gran parte del problema. Donde se predica mucho el amor de Dios, la marginación, el odio y la superpoblación se fortalecen", señala.Las obras anteriores de König, como El hombre deseado, ¡Oh genio! y Konrad y Paul, entre otras, poco tienen que ver con la reinterpretación de lo sagrado que hace Arquetipo, cuyo nacimiento viene marcado por un temor: "La religión me da miedo y la gente religiosa me parece extraña", explica este confeso agnóstico a quien de pequeño la gente que decía que creía en la Biblia le parecía "un poco inquietante".
"Da igual la religión, las mujeres y los gays siempre salen perdiendo"
König hace un alegato en favor de la tolerancia religiosa sin poner el foco en la posible polémica que podría generar su visión. "Soy gay y crecí en una zona católica. Los sacerdotes y las iglesias siempre me presentaron como el enemigo. A menudo me preguntan si lo que quiero es provocar, pero son los religiosos los que provocan, marginan y desprecian. Da igual la religión, las mujeres, los gays y los no creyentes siempre son los que salen perdiendo", afirma.Pero no es sólo la jerarquía eclesiástica la que se lleva las críticas. König también cuestiona al ser humano, al que califica de "idiota" por dejarse llevar por la codicia y ser capaz de destruir su propio hábitat. El hombre que esboza Arquetipo es el arma más destructiva para sí mismo.
La vena mística que se ha apoderado del alemán aún va a acompañarle durante un tiempo, ya que va a convertir Arquetipo en una película de animación y ya está trabajando en una tercera novela gráfica dedicada a la religión, centrada en la figura del apóstol San Pablo, "al que podemos agradecer gran parte del rechazo a la vida, al deseo y al sexo dentro de las iglesias".
Sin embargo, este olor a incienso ya tiene marcada su fecha de caducidad: "Una vez que acabe con el apóstol ya estará bien de tratar sobre Dios y volveré a tocar un tema local y actual, si no, yo mismo me volveré religioso. Tanto San Pablo afecta al coco".
Fuente: Público
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