Este es un pequeño texto que antecede a uno más extenso que escribiré probablemente en Septiembre.
Acabo de realizar un viaje a Francia. Casi se podría decir que ha sido un viaje temático sobre Robert Crumb. Primero fuimos a ver la exposición que hay sobre él en París y después, en un arrebato freak decidimos ir a pasar un par de días al pueblo donde vive, no sólo porque vive él, que nos hacía gracia, si no porque además el prueblo es precioso.
Las posibilidades de ver a Crumb eran mínimas, y nosotros las teniamos descartadas desde luego, es un tipo solitario, huraño, y no le gusta la gente, además, no sabíamos si estaría allí los días que nosotros estuvimos.
El caso es que un día, al torcer por un callejón muy estrecho, y de sopetón, allí estaban ellos, Aline y Robert Crumb, hablando con un vecino del pueblo. La sensación fue brutal, porque además, nos pilló de improviso. No supimos que haces salvo seguir caminando y murmurar un Borsoir que no obtuvo contestación. Fue un momento mágico, se me aceleró el corazón y al cabo de 5 minutos las piernas todavía me temblaban. Me había cruzado con mi ídolo, había estado a menos de un metro de él y nuestras miradas se habían cruzado.
Si hubiera estado sólo, quizás me hubiera atrevido a decirle algo, pero el respeto hacia la privacidad, su forma de ser y el hecho de que estuviera hablando con un vecino me hicieron deshechar esa posibilidad. Ese encuentro ya era más de lo que podía esperar, aunque ahí no acabó la cosa.
Al cabo de un par de horas estábamos tomando una limonada en una de las terrazas de pueblo cuando apareció toda la familia. Pudimos disfrutar desde corta distancia de una tierna escena, y volver a contemplar, durante un par de minutos más, al genio.
En fin, ya se que este tipo de post no es habitual en el blog, y desde luego, es un post de un fan absoluto, pero fue un momento muy importante en mi vida y quería relatarlo aquí, aparte de que sirviera como homenaje al mejor autor de comics de la historia.
Próximamente, un post sobre la expo, tiendas de comics en París y más brasa comiquera.
