OPERACIÓN MUERTE, de Shigeru Mizuki
Colección: Colección Sillón Orejero
Rústica con solapas. 368 págs. B/N. 22 €
Shigeru Mizuki, con una acritud desconocida en él, pasa factura a la segunda guerra mundial y, más concretamente, a la práctica del gyokusai (literalmente, “atacar hasta morir con dignidad”), un eufemismo para evitar decir crudamente lo que era: una ofensiva en la que todos los atacantes debían morir. Hábilmente, y sin caer en la caricatura, Mizuki describe el repugnante desprecio por la vida humana del mando militar nipón. Sin razón válida o sentido estratégico alguno, los jóvenes soldados eran enviados a la muerte con la expresa prohibición de volver vivos bajo pena de ejecución.
“Los muertos nunca han podido contar su experiencia de la guerra. Yo puedo hacerlo. Cuando dibujo una historieta sobre este tema noto cómo me invade la rabia. Imposible luchar contra ella. Sin duda este sentimiento terrible es producido por las almas de todos estos hombres muertos hace mucho tiempo”, escribe Shigeru Mizuki en el epílogo a Operación Muerte, una obra de carácter autobiográfico en su mayor parte.
Mizuki, ganador del premio al mejor álbum en el Salón Internacional del Cómic de Angoulême 2007 por NonNonBa, nos ofrece con Operación Muerte, premio “esencial patrimonio” del Salón de Angoulême 2009, una de las grandes creaciones sobre las miserias de la guerra.
ESSEX COUNTY 3: LA ENFERMERA RURAL, de Jeff Lemire
Colección: Colección Sillón Orejero
Rústica con solapas. 128 págs. B/N. 13 €
La enfermera rural, tercera y última entrega de la trilogía Essex County, sigue un día en la vida de Anne Quenneville, la peculiar enfermera de la comunidad. Mientras Anne va visitando a sus pacientes habituales, descubrimos los hilos que unen los tres volúmenes de Essex County y como la pérdida y los remordimientos tejen la estructura familiar de una pequeña villa rural.
Con Essex County, una multipremiada trilogía ambientada en una versión imaginaria de su Ontario natal, Jeff Lemire rinde tributo a sus raíces y muestra la evolución de una pequeña comunidad a través de los años, con sus secretos de familia, sus recuerdos, sus penas y sus reconciliaciones.
La trilogía Essex County, cuyos dos primeros volúmenes son Historias de la granja (Astiberri, 2008) e Historias de fantasmas (Astiberri, 2009), ha ganado los premios Shuster, el Alex, que concede la American Library Association, y ha sido nominada a tres Eisner, un Harvey y un Ignatz.
EL GOLEM, de Gustav Meyrink, ilustrado por Santiago Valenzuela
Colección: Clásicos Ilustrados
Cartoné. 272 págs. B/N. 20 €
El Golem, una obra del escritor vienés Gustav Meyrink con ilustraciones del dibujante Santiago Valenzuela, continúa –junto con Solomon Kane, de Robert E. Howard, revisitado por David Rubín– la colección Clásicos Ilustrados de Astiberri, en la que una recopilación de relatos, o como en este caso una novela completa de un autor de referencia de la literatura, es interpretada gráficamente por un dibujante de cómics con una serie de ilustraciones distribuidas a lo largo del libro principalmente a toda página.
Meyrink publica en 1915 El Golem, su primera novela, que resulta ser un éxito inmediato y pasa a convertirse en todo un clásico de la literatura fantástica del siglo XX. Para su redacción, se apropia, dándole una impronta muy personal, del mito del gólem nacido de la tradición judía, según el cual era posible animar una figura de barro colocando bajo su lengua ciertas palabras mágicas.
Por un lado, es un relato trepidante, que se aproxima incluso a la literatura popular o de género, pero por otro, roza a veces lo iniciático o lo hermético. Meyrink pasa sin apenas transición de lo truculento a lo grotesco, y de ahí a la elevación lírica y sentimental, donde se dan cita la Cábala, el humor negro y la denuncia social. El resultado sigue fascinando a cada nueva generación de lectores.
Santiago Valenzuela precisa que gráficamente intentó no tener ningún referente aunque reconoce que sí tenía en su cabeza alguna de las imágenes de la película homónima expresionista de 1920 de Paul Wegener, sobre todo para la figura del propio Golem «macizo y macrocefálico, torpón y con una pelambre un poco a lo beatle».
Para las imágenes del gueto praguense, en cambio, cree que se habrán mezclado cosas de lo más diversas «en esas calles que aparecen en las ilustraciones, estrechas y hacinadas, o en las casas que las forman, que son un personaje más de la novela si no el principal». Santiago ha visitado Praga un par de veces y ha visto «algunos de los escasos restos del viejo gueto, la sinagoga, el cementerio…», pero cree que mucho más presente, seguramente, «ha estado el recuerdo del gueto veneciano, que conozco mejor y da una idea creo que bastante más aproximada de lo que debía de ser aquello».
En cuanto a la técnica, poder contar con páginas enteras le ha servido a Valenzuela para, en cierta forma, “soltarse”: «por eso es todo aguada y algo de barras de pastel para sacar luces”. Y es que «después de años de andar a vueltas con el detalle y la línea, era un poco una forma de liberarse. Me parecía que el tono general del relato, más que cortante, era brumoso o penumbroso, lleno de nieblas y entrevisiones, y que cierta vaguedad de contornos y formas, un poco de irrealidad en las luces, le venía bien», añade el dibujante de origen donostiarra pero residente en Madrid.
Con esta propuesta, Astiberri pretende dar un paso para estrechar vínculos entre clásicos literarios y autores de cómic aportando una visión iconográfica inédita hasta la fecha, en la que el ilustrador es también un narrador de oficio que busca ser respetuoso con la tradición y a la vez contemporáneo. La colección comenzó su andadura el pasado 16 de abril con Monkton el loco, de Wilkie Collins, con ilustraciones de Fidel Martínez y El mundo perdido, de Arthur Conan Doyle, que contó con el trabajo gráfico de Sagar Forniés.
SOLOMON KANE, de Robert E. Howard, ilustrado por David Rubín
Colección: Clásicos Ilustrados
Cartoné. 296 págs. B/N. 20 €
`Solomon Kane, la obra ilustrada por el dibujante David Rubín y protagonizada por el otro gran personaje, además de Conan nacido de la pluma de Robert E. Howard, continúa –junto con El Golem, de Gustav Meyrink, al que pone en imágenes Santiago Valenzuela– la colección Clásicos Ilustrados de Astiberri, donde una recopilación de relatos o una novela completa de un autor de referencia de la literatura, es interpretada gráficamente por un dibujante de cómics a lo largo del libro por medio de una serie de ilustraciones principalmente a toda página.
La serie Solomon Kane –publicada íntegra en este volumen a partir de los cuentos originales y no de las versiones que sufrieron tras la prematura muerte de su autor– bebe de la aventura, el folletín, las historias de piratas, el género histórico y el terror. Solomon Kane es un justiciero puritano de la Inglaterra del siglo xvi. Solitario y reservado, se expresa mejor con las armas que con las palabras en su deambular por unas convulsas Europa y África. El tomo se cierra con el único relato de corte histórico protagonizado por Sonia la Roja que Howard escribiera en vida.
A David Rubín le seducía el reto de enfrentarse a una creación que «trasciende la literatura pulp. Solomon Kane está sobrado de aventura como pocas veces se ha visto en una obra literaria, en sus páginas hay terror, a veces casi lovecraftiano, hay romance, lugares insólitos e inexplorados, épica… y tiene a Kane». Vestido en cuero negro, lo mismo blandiendo una espada que sus famosas pistolas, Solomon Kane es para Rubín el «término medio perfecto entre Conan y La Sombra, y un personaje tremendamente divertido de dibujar».
Del mismo modo, «poder reinventar esos parajes, con una salvaje África, de otro mundo –a caballo entre la Atlántida y Sangri-La–, esas criaturas ancestrales y fantásticas, plasmar en imágenes las maravillosamente escritas secuencias de acción, ha sido toda una delicia», reconoce Rubín. Para tal fin, el dibujante gallego subraya haber intentado dar un paso más a nivel estético en su evolución como autor, «retomando el blanco y negro de una manera distinta a cómo lo había trabajado hasta la fecha, utilizando composiciones que no me había atrevido a usar… ». Y además, asegura haber disfrutado «como un niño» a la hora de hacer las 42 ilustraciones que, portada inclusive, componen este volumen.
Mediante la propuesta de clásicos ilustrados, Astiberri pretende dar un paso para estrechar vínculos entre clásicos literarios y autores de cómic aportando una visión iconográfica inédita hasta la fecha, en la que el ilustrador es también un narrador de oficio que busca ser respetuoso con la tradición y a la vez contemporáneo. La colección comenzó su andadura el pasado 16 de abril con Monkton el loco, de Wilkie Collins con ilustraciones de Fidel Martínez, y El mundo perdido, de Arthur Conan Doyle, que contó con el trabajo gráfico de Sagar Forniés.