viernes, 5 de agosto de 2011

Reseña Cine: El Origen del Planeta de los Simios

El origen del planeta de los simios es una precuela que nos pretende mostrar qué sucedio para que se dieran las circunstancias que desembocan en la película original "El planeta de los simios"






Con un enfoque más realista, la idea de la película es mezclar la ciencia ficción con la denuncia, intentando mostrar lo que el ser humano puede hacer si juega a ser Dios.


Will Rodman (James Franco) es un investigador de primer nivel que está buscando un remedio contra el Alzheimer, ya que su padre padece esta enfermedad. Descubre un compuesto que parece eficaz, aunque con efectos secundarios. La base de todas sus pruebas son los chimpancés, y en estos, el compuesto no sólo cura, sino que mejora sus habilidades, dotándolos incluso de inteligencia. Sin embargo, en los humanos el efecto parece ser bastante nocivo.


Entre medias, se encuentra Cesar, un simio que heredó el compuesto de su madre y parece superdotado. En un principio es adoptado por el científico, pero al final será encerrado en un refugio donde poco a poco se dará cuenta de que no tiene por qué soportar más la tiranía del ser humano.






El origen del planeta de los simios pretende rescatar del original la lucha por los derechos , en aquel caso fueron los derechos humanos y aquí los de los animales, planteando de paso ciertas cuestiones éticas. El problema es que quizás se han olvidado de que estamos ante una película donde la gente principalmente viene a buscar cine de evasión, y no hay precisamente mucha acción. El proceso evolutivo de Cesar se narra de forma excesivamente lenta, y el personaje cae antipàtico desde el principìo, por sus rasgos faciales, lo que hace que sea dificil congeniar con él.
Además, las escenas de acción son escasas.
Donde hay que darle una alta puntuación es en los efectos digitales, obgra de Weta Digital y en la actuación de Andy Serkis, especializado ya en este tipo de apepeles relacionados con el Motion Capture ya que, entre otros, interpretó a Gollum en El Señor de los Anillos.


Nos encontramos por tanto ante un film que intenta emular el espíritu de las cintas originales, que por momentos lo consigue, incluso estética y narrativamente, pero que se antoja demasiado espesa, dando la sensación de que podría haber sido mucho más.


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